Se usa para decir que alguien anda demasiado inquieto, acelerado o medio poseído por la energía, como si tuviera hormigas en todo el cuerpo. Es típico cuando la persona no se queda quieta, habla sin parar o anda metida en mil cosas a la vez. Suena medio dramático, pero por eso mismo tiene su gracia y se ocupa harto en talla.
"Hermano, el Seba anda con la manía del diablo hoy, se paró a las seis, limpió la casa, salió a trotar y ahora quiere armar carrete en la noche"