Se usa cuando llevas tantas noches currando de seguido que el cuerpo dice basta y la mente va en piloto automático. Es como vivir en un jet lag eterno pero sin viaje ni glamour, solo ojeras, mala leche y cara de resaca chunga sin haber catado ni una birra. Básicamente, estás reventado y con pinta de muerto viviente.
"Tú mira mi cara, nano, llevo cinco noches seguidas en el curro y estoy tan ancarillado que si me cruzo con un zombie le doy yo consejos de belleza"