Forma muy cariñosa y un poco ñoña de llamar a alguien que quieres, ya sea tu pareja, tu crush o incluso alguien a quien estás camelando. Suena tierno, cercano y un pelín de abuela, pero tiene su encanto. A veces se usa también para pedir favores con azúcar por encima, que siempre entra mejor.

"Oye, amorcico, ya que estás de pie tráeme una cervecita fresca, que estoy reventado del curro y no me muevo del sofá ni pa' Dios"

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