Forma muy cariñosa y confianzuda de llamar a un amigo que ya es casi de la familia, de esos que caen a tu casa sin avisar y nadie se ofende. Suena cercano, medio pícaro y con mucho afecto. Es como decir hermano del alma pero con más barrio y menos drama, ideal para amigos de toda la vida.
"Eh amigacho, caete esta noche a casa que hacemos asado, hay vino del bueno y después armamos una charanguita hasta que se quejen los vecinos"