Se usa cuando de repente aparece un problema grande que te frena en seco, como si te estrellaras contra una pared. Puede ser una persona, una deuda, un trámite o cualquier cosa que te corte el rollo de golpe. Es muy de quejarse con resignación, pero igual con un poco de humor porque ya qué más da.

"Tenía todo armado para ir al carnaval y ¡alta pared! me cayó la suegra a quedarse una semana justo ese día, se me fue al carajo el plan con los changos."

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