Expresión muy mexicana para mostrar sorpresa cuando algo te saca de onda, te deja con el ojo cuadrado o simplemente no te lo esperabas para nada. Puede ser sorpresa buena, mala o de chisme sabroso, según el tono. Es como una alarma interna que se prende cuando la realidad se pone más rara que novela de las nueve.
"Cuando vi a Pedro llegar a la fiesta con traje de charro rosa fosfo y botas plateadas, todos se quedaron callados y yo nomás solté: ¡Ah, caray!"