Quedarse frío, literal o figurativamente, con algo inesperado o fuera de serie. En Boyacá, se usa cuando las temperaturas bajan más que las ganas de madrugar.
"Cuando vi la cuenta del restaurante, me quedé helado y salí pitando."
En Tlaxcala se usa helarse para cuando algo te sorprende tanto que sientes como si te congelaras por dentro. No es solo tener frío, es quedarte pasmado, con cara de estatua y sin saber qué decir. Se usa para chismes fuertes, sustos inesperados o noticias que te dejan en shock total. Y la neta, suena bien dramático.
"Cuando me dijeron que el profe pasó a todos menos a mí, me quedé helado, hasta se me cayó la quesadilla del puro coraje."