En Nueva Esparta se usa para burlarse de alguien que se cree la gran cosa, muy sabio o importante, pero en realidad no da la talla. Es como decir que presume más de lo que realmente sabe o puede. Viene de la idea de que no llega ni a aguacate completo, apenas a un aguacatico, y eso siempre hace gracia.

"Mira a Juan echando discurso sobre economía en la playa, con una birra caliente en la mano, como si fuera ministro de finanzas. Ese pana es tremendo aguacatico, ni sabe cuánto cuesta el kilo en el mercado."

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