Se usa para describir a alguien tan vago, tirado o sin ganas que parece derretido en el sillón, como si fuera un domingo eterno pegado al sofá. Puede ser por pura pereza, por calor o por simple costumbre de no hacer nada. Es esa mezcla de flojera y comodidad extrema que todos hemos tenido alguna vez.
"Desde que le subieron el aire y le trajeron bizcochos, el loco quedó achanchado en la silla de la oficina y no se mueve ni para ir a buscar un mate nuevo."