Se usa para hablar de alguien que es conflictivo, molesto o dañino, como la mala hierba que nunca se termina de arrancar. También puede referirse a situaciones que siempre vuelven para complicarte la vida. Es de esas expresiones que suenan suaves pero van cargadas de veneno y verdad, ideal para el chisme misionero.
"Mirá, a ese vecino ni lo nombres, es yerba mala, cae al asado sin avisar, se toma la birra de todos y encima se queda criticando la casa como si fuera inspector municipal."