En Risaralda se le dice verro a la persona chismosa, entrometida, que se mete en todo lo que no le importa y quiere saber hasta lo que no le han contado. Es como una antena humana para el bochinche, siempre pendiente del cuento ajeno. No es un insulto brutal, pero sí deja claro que el sujeto es bien metido.

"Parce, ese Gustavo sí es mucho verro, apenas vio que Marta y yo estábamos alegando se arrimó de una a preguntar el chisme, ni porque le hubiéramos pedido consejo."

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