Se usa para decir que alguien se enoja bien duro, pierde la paciencia y se descompone todo, como si se le botara la canica. Es cuando ya no se mide, grita, manotea y casi casi se le sube la presión. No es solo molestia leve, es arrebato sabroso de coraje. Y la neta, desde fuera a veces hasta da risa.
"Mi tía vio el recibo de la luz, se vino del chongo, apagó todo, nos regañó a gritos y hasta desconectó el refri según ella para ahorrar, bien exagerada la doña."