Se usa cuando un sitio promete diversión a saco pero al llegar ves que le falta algo básico para que tenga gracia. Como un txoko sin billar, un bar sin pinchos o una fiesta sin música. Vamos, que no está mal del todo, pero te quedas con cara de decepción y pensando que podía haber sido mucho mejor.

"Tío, la fiesta esa que montaron en el frontón fue un txoko sin billar, ni música decente ni nada, al final acabamos en el bar de siempre pidiendo zuritos y jugando al mus con los jubilados."

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