Se usa para describir cuando alguien hace un esfuerzo sobrehumano para lograr algo difícil o enfrenta muchas complicaciones.
"El compadre tuvo que trepar el cerro para que el profe le subiera la nota, ¡vaya odisea!"
En Durango se usa para decir que alguien se va al cerro a caminar, pistear o simplemente desaparecer un rato del ruido y del estrés. Es como desconectarse del mundo y respirar aire fresco, ya sea con la raza o en solitario. Suena muy de aventura, aunque a veces solo sea ir a echar chisme y ver el atardecer.
"Traigo la cabeza hecha bolas con la chamba, al rato vamos a trepar el cerro con unas cheves y a ver si se nos baja lo amargados."