En Lima, traficar es moverse como ninja entre el caos del tráfico para llegar a tiempo, esquivando combis, huecos y taxis que se te cruzan sin avisar. No tiene nada que ver con cosas ilegales, es pura supervivencia urbana. Y hay que admitir que cuando te sale bien, te sientes casi héroe del volante.

"Oe causa, hoy he tenido que traficar como loco por Abancay para llegar al tono antes de la hora vampiro, la Javier Prado estaba hecha un infierno y las combis se metían como si nada."

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