Se usa para hablar de cuando alguien anda cruzando o moviéndose cerca de la frontera esquivando a la migra con maña y nervios de acero. Es como jugar al gato y al ratón con la patrulla fronteriza, confiando en la suerte y en los trucos del barrio. Muy de la frontera, muy de vida al filo, aunque también algo arriesgado.
"Anoche el Chuy se fue a torear la migra por Otay, y el vato regresó en la mañana bien campante, diciendo que hasta les dio la vuelta tres veces."