Se usa cuando alguien se rinde, baja los brazos y deja de pelearla, igual que un boxeador cuando su esquina tira la esponja porque ya no da más. Es como decir que uno se aburrió de remar contra la corriente y prefiere soltar todo. Bien chilena, bien dramática, pero oye, a veces rendirse también es sano.
"Loco, el Pepe ya tiró la esponja con la Carmen, se aburrió del show y ahora anda carreteando feliz con la media sonrisa en la cara"