En Junín se usa para hablar del que cae a tu casa sin avisar, casi siempre a la hora del almuerzo, con la esperanza de que lo invites a comer. Es el típico pata que toca el timbre justo cuando huele rico en la cocina. No es solo visitar, es ir a gorrear comida con toda la frescura del mundo.
"Mi tío ya sabe que los domingos hay caldo de gallina, por eso siempre viene a timbrear justo cuando estamos sirviendo y se hace el loco con una sonrisa de oreja a oreja."