Se usa para decir que alguien es bien perezoso, que anda con una flojera tremenda y le cuesta arrancar para cualquier cosa. Es como si todavía tuviera lagañas en los ojos y no quisiera despertarse del todo. Suele decirse en tono de regaño pero también con algo de burla, porque la imagen es bastante graciosa.

"Oye, Juan, deja de tener la lagaña pesada y ven a ayudar con estas cajas, que el sol guajiro está pegando durísimo y tú ahí tirado en la hamaca como si nada."

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