Se usa para hablar de esa persona que vive pendiente del chisme, mirando todo, escuchando todo y guardando cada detalle jugoso como si fuera camarógrafo de novela. No para de registrar la vida ajena, siempre lista para contar lo que vio. Es como tener el modo chismoso activado a tiempo completo, y la verdad, a veces hasta entretiene.
"Vecina, apague esa filmadora encendida, que ya todo Riohacha sabe con pelos y señales lo que pasó anoche en la esquina y ni la pobre muchacha ha terminado de llorar todavía."