Se usa cuando de repente te agarra una tristeza fuerte, una melancolía rara o un bajón anímico sin muchas ganas de nada. Puede ser por una mala noticia, por extrañar a alguien o simplemente porque sí, porque el día viene torcido. Es muy uruguaya y muy gráfica, casi como si la tristeza te apareciera de golpe, pintada encima.
"Estábamos re de fiesta y de la nada me pintó el bajón, apagué la música, me tiré en el sillón y me quedé mirando el techo como un alma en pena."