Se usa para decir que algo es enorme, descomunal, que se pasó de grande y llama la atención de una. Sirve tanto para objetos como para personas o animales, sobre todo cuando rompen el molde. Es muy de la costa, bien sabrosa la expresión, y hay que admitir que suena poderosa cuando la sueltas en plena conversa.
"Mira ese chivo, está tamaovina, parece que se comió hasta las matas del vecino y todavía anda buscando más pasto por ahí todo campante"