Expresión usada para decir que alguien comió muchísimo, hasta quedar repleto y medio inútil, como si se hubiera mandado un banquete legendario. Es muy de sobremesa larga, pantalón desabrochado y promesa falsa de no volver a comer así nunca más. Y la verdad, casi siempre se repite la historia.
"Hermano, en el curanto de la tía me soplé una boya tan brígida que ahora si me muevo exploto, tráeme la manta y déjame morir en el sillón."