Se usa cuando alguien habla puras incoherencias, repite tonterías o suelta comentarios sin pies ni cabeza, como un charango cuando está bien desafinado y ya ni se reconoce la melodía. Es una forma medio burlona de decir que la persona está hablando por hablar, y hay que admitir que la imagen es buenaza.
"No le hagas caso a Juan, causa, hoy anda sonando como charango desafinado después de mezclar chela con pisco en la fiesta del barrio."