En México se usa para hablar de alguien ya mayorcito, o que se comporta como señor cansado aunque no lo sea tanto. Puede sonar cariñoso entre cuates, pero también medio burlón si se dice con mala leche. Sirve para marcar que alguien ya no aguanta la fiesta, las desveladas o las modas nuevas, aunque a veces el ruco es el que mejor se la sabe.
"Güey, ya deja de hacerte el ruco, cáele a la peda, que luego dices que nadie te invita y te quedas viendo novelas con tu cobijita de tigre"