Se usa cuando algo cunde muchísimo, dura más de lo esperado o alcanza para más gente de la que parecía. La idea es que, igual que el mezcal en una buena fiesta oaxaqueña, se va rolando, se comparte y parece no acabarse nunca. Es una forma muy local y simpática de decir que algo rinde bien y salva el momento.
"Con este aguinaldo me iba a alcanzar nomás pa' la renta, pero rendí como mezcal, pagué deudas, me fui al bailongo y todavía me sobró pa' los taquitos de la noche."