Se usa cuando alguien termina reventado, sin energía, como si se hubiera derretido del cansancio o de tanto carrete. Es ese estado en que el cuerpo ya no responde y la mente solo piensa en cama y silencio. Suena suave, pero en verdad describe quedar hecho bolsa. Y hay que admitir que tiene su gracia.
"Hermano, después del carrete del sábado y el partido del domingo quedé como crema, apenas pude arrastrarme a la ducha y me quedé dormido con la toalla puesta."