En Ecuador se usa como apodo cariñoso para un amigo muy cercano, casi hermano, de esos que siempre están listos para apoyarte en las buenas y en las malas. Suena medio rudo por lo de puñetazo, pero en realidad es puro cariño de barrio. Eso sí, mejor usarlo solo con gente de confianza o queda rarísimo.
"Puño, no me falles, esta noche hay fulbito, chelas bien frías y luego rematamos con unas empanadas en la esquina del barrio."