Se usa cuando alguien se queda al cargo de algo o de alguien que no es suyo mientras el dueño está ocupado con otras movidas. Puede ser cuidar animales, vigilar la tienda o echar un ojo a los críos. Es como hacer un favor de confianza, muy de pueblo, y la imagen de las cabras le da un toque bastante pintoresco.
"Oye, Manolo, préstale las cabras a tu cuñao y vente a la verbena, que bastante tiene él ya con los críos y la suegra dando guerra en la casa del pueblo."