Se usa en Santander para decir que alguien fue sorprendido en plena fechoría, sin tiempo de inventarse excusas ni de esconder la mano. Es como quedar al descubierto, con cara de culpable y cero coartada, tipo niño atrapado robando cucharas o dulces de la cocina. Y sí, da risa cuando no eres tú el pillao.

"Parce, anoche me metí al cuarto de mi hermana a robarle papitas y me agarraron de una, quedé pillao como chucharero con la bolsa en la mano y cara de yo no fui."

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