Se usa para hablar del típico pibe inquieto que no se queda quieto ni cinco minutos, siempre corriendo, trepando, haciendo travesuras y volviendo a casa con las rodillas peladas. No necesariamente es malo, pero sí medio kamikaze. Es ese chico que vive raspado porque la aventura le puede, y hay que admitir que tiene su encanto.
"Boludo, el Mati es re pibe raspa, ayer se subió al techo a buscar la pelota y terminó bajando todo raspado y cagándose de risa."