Se dice de alguien que está tan parado, cortado o callado que parece parte del decorado, como si fuera una silla más del salón. Se usa mucho cuando alguien va a una fiesta, reunión o quedada y no se integra nada, ni habla, ni se mueve, ni aporta. Vamos, que está presente de cuerpo pero ausente de espíritu, como un mueble olvidado en la esquina.

"Fuimos al botellón en casa del Javi y el Dani parecía un mueble en el sofá, ni bailó, ni habló, ni se rió con los chistes, estaba más tieso que el aparador de la abuela."

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