En Quindío se le dice osezno de fiesta a la persona que no se pierde un solo plan, que encadena rumba tras rumba como si no existiera el calendario. Siempre aparece con la misma energía, cero ojeras y mil historias nuevas. Es ese ser humano que uno sospecha que vive a punta de café, guaro y pura alegría.
"Parce, Marcela es un osezno de fiesta, amaneció el sábado en la fonda, el domingo en el río y hoy lunes llegó a la oficina con más energía que el jefe."