Se usa cuando sientes en el ambiente que viene una buena oportunidad, como un presentimiento sabroso de que algo va a salir a tu favor. Es como tener la nariz afinada para detectar chances de plata, de trabajo, de romance o de lo que sea. Y la verdad, cuando uno huele a chance, se emociona de una vez.
"Manito, desde que conocí a esa pelá en la fiesta estoy oliendo a chance, así que ponte pilas y ayúdame que hoy salgo de aquí con novia nueva."