Se usa cuando alguien está de mala leche, cansado o saturado y no tiene ganas de aguantar tonterías ni de hacer nada extra. Es como decir que hoy no es el día, que mejor no le busquen las cosquillas porque salta. Muy útil cuando vas hasta arriba y el mundo insiste en darte más tareas.
"Tía, entre el curro, el jefe pesado y el metro petado, hoy no estoy para bollos, como venga alguien con dramas le cierro la puerta en la cara."