Se usa para decir que alguien se ponga a bailar con ganas, moviendo bien las caderas y el cuerpo, casi siempre en fiestas, carnavales o cuando suena una buena cumbia. Es una forma juguetona de hablar del baile, un poco picarona pero sin mala leche. Y hay que admitir que solo oírla ya dan ganas de pararse a mover el totó.

"Oye, ya deja de mirar el celular y ven a mover el totó, que la banda ya está tocando y la pista está que revienta de puro puneño zapateando."

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