Se usa cuando alguien mete la pata mal y tiene que arreglarla rápido con algún gesto, regalo o favor, como si fuera una medicina para curar el quilombo que armó. Es muy de cuando quedaste como un salame y tenés que compensar fuerte. Y hay que admitir que la imagen de la pastillita tiene su gracia.

"Me gasté la guita del alquiler en el asado con los pibes, ahora me tengo que mandar una pastillita con mi vieja o me raja de la casa de una patada."

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