Se usa para decir que alguien se levanta absurdamente temprano, casi que antes de que el gallo cante. Muy de esos días de faena, de ir a recoger café, al mercado o a coger carretera cuando todavía está oscuro. Es una forma medio quejumbrosa pero con cariño de decir que tocó pararse a una hora bien brava.
"Hermano, hoy me tocó madrugar como gallo pa' alcanzar la buseta a Valledupar y no quedar pegao en el terminal con todo el gentío."