Se usa cuando alguien se pone a soltar tacos y blasfemias sin parar, con una mala leche fina y cada vez más alto si encima le intentan calmar. Es como entrar en modo tormenta verbal, que tiembla hasta el vecino del quinto. Y oye, escucharlo desde fuera a veces tiene hasta su punto cómico.
"Me pisó la tortilla recién hecha, resbalé con el huevo y acabé jurando como un cosaco, la vecina de arriba cerró la ventana del susto y mi abuela desde la cocina diciendo que así no se habla en una casa decente"