Se usa para hablar de alguien que promete cosas imposibles o se manda juramentos tan exagerados que parece que se le soltó un tornillo. Es como cuando uno se pone dramático y promete el cielo, el mar y las estrellas sin tener ni para el pasaje. Suena chistoso, pero también deja claro que nadie le cree mucho.

"El compadre después del tercer terremoto empezó a jurar como loco de azotea que iba a dejar el copete, hacer ejercicio todos los días y comprarse una parcela en Panguipulli sin tener ni una chaucha"

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