Se usa para decir que alguien ha comido o bebido muchísimo, hasta reventar, como si fuera una cabra suelta en un prao pero con tapas y copas delante. Es la versión andaluza de ponerse fino, de no dejar ni las migas. Y oye, tiene su arte aguantar luego la sobremesa sin caer redondo.

"Quillo, anoche en la boda nos jartamos la hierba que flipas, entre jamón, rebujito y postres, salí rodando del salón y todavía tenía sitio pa un churro con chocolate."

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