Se usa cuando estás reventado, agotado física o mentalmente, como si te hubiera pasado un camión por encima y luego te hubieran puesto a cargar sacos todo el día. También puede ser que estés anímicamente tocado, medio tristón y sin ganas de nada. Vamos, que estás para meterte en la cama y desaparecer del mapa un buen rato.
"Entre la queimada, los chupitos y bailar muñeira hasta las tantas, hoy estoy hecho polvo, ni el café de la máquina del curro me resucita ya."