En Ayacucho se le dice hallarina a la persona que habla y habla, se mete en todas las conversaciones y encima quiere tener siempre la razón. Es esa tía o ese pata que opina de todo aunque nadie le haya pedido nada. A veces hace gracia, pero también puede cansar un montón cuando no se calla nunca.
"Estábamos viendo el partido tranquilos y aparece la Juanita, bien hallarina, a explicarnos cómo se juega como si fuera DT de la selección ayacuchana."