Expresión muy de colegas para decir que alguien llega tarde a una quedada, sobre todo si es el típico guapete que va siempre perfumado y arreglado. Es como su marca personal, que nunca aparece a la hora. Se usa con cachondeo, pero también con un poco de rabia, porque desespera bastante esperar siempre al mismo.
"Tía, apuesto una caña a que hoy también nos hace un ponchi el Diego, fijo que está delante del espejo echándose colonia desde hace media hora."