Se dice cuando alguien se pone a inventar excusas para zafarse de un plan, sobre todo si hace frío, llueve o da pereza salir. Es el típico que mira por la ventana, siente el sereno y de una ya le duele todo. Vamos, puro cuento para no ir y quedarse arropado.
"No me salga con motoso, mijo: póngase la chaqueta y camine, que ya compré las boletas y así esté helando igual vamos."