En Honduras se usa para referirse a un niño o una niña de forma muy coloquial, casi siempre con tono cariñoso o de confianza del barrio. Puede sonar un poco brusco si no hay confianza, pero entre familia y vecinos es lo más normal del mundo. Es de esas palabras que te delatan al instante como catracho orgulloso, y la verdad es que tiene bastante encanto.
"Mirá a esa güirra, ya se subió al techo otra vez con el gato y ni la mamá se ha dado cuenta, qué relajo el de esa casa vos."