Expresión muy de la tierrita para hablar del malestar que queda después de abusar del tinto, o sea del café negro. Es como una resaca, pero en versión cafeína, con tembladera, dolor de cabeza, taquicardia y cero ganas de ver otra taza. Básicamente, es el castigo divino por creerse invencible con el café.

"Parce, ayer en la oficina me metí como diez tintos seguidos y hoy ando con un guayabo de tinto tan berraco que hasta el jefe me dijo que parecía zombi recién levantado."

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