En Caldas se usa para hablar del ruido alegre y desordenado, casi siempre el que arman los niños cuando juegan, gritan y corren por toda la casa. No es ruido molesto de tráfico, es más bien bulla familiar, escándalo de barrio, ese sonido de vida que a veces desespera pero en el fondo también hace falta.
"Parce, llegué a tu casa y eso parecía recreo de colegio, qué guarichí tan bravo tenían esos chinos en la sala jugando fútbol con una botella"