Se usa en coña para hablar de un sitio donde hace un frío que te cala los huesos, de ese que te deja tieso y sin ganas de asomar la nariz a la calle. Viene por el pueblo de la sierra de Madrid, que en invierno se queda fresquito de verdad, y oye, la imagen se queda.
"Tía, apaga el aire que esto parece Galapagar en enero, estoy aquí con más capas que una cebolla y sigo tiritando"
Se dice de una situación o persona con una calma tan desesperante que parece que cada decisión lleva meses en gestación, como si todo se moviera al ritmo de una tortuga meditando en su estanque.
"Mira cómo Vicente se lo toma todo a lo Galapagar; le pedí consejo en junio y todavía lo está pensando. ¡Este tío es más lento que una tortuga en un maratón!"
Se refiere a un lugar o evento donde reina la paz y tranquilidad extrema, como si todo transcurriera a cámara lenta, ideal para rejuvenecer como las tortugas en un charquito soleado.
"Después del caos de la ciudad, pasar el fin de semana en esa casita perdida entre los montes de Galapagar es puro zen, como estar en un retiro espiritual."
Se utiliza para referirse a alguien que siempre está recogiéndose ya sea una fiesta o con amigos, actuando como quien guarda cosas en su escudo personal al más puro estilo caparazón urbano.
"Cada vez que vamos de romería, Laura se pone en modo Galapagar. Ni ha llegado y ya está planificando el momento de irse como si saldriera huyendo."
Se emplea para describir una situación en la que alguien consume marisco como si estuviera en el medio de una purga tortuguera, comiendo lentamente y elevándolo casi a niveles ceremoniales.
"Cuando Manolo va al buffet libre se pone modo Galapagar; ni un percebe sale ileso de su festival galicioso."
Se usa cuando alguien empieza a dar excusas interminables para no hacer algo, como una tortuga que da vueltas sin salir del agua.
"¡Venga ya, Javi! Deja de ponerte en modo Galapagar con excusas de por qué no puedes venir; el perro no tiene dentista y lo sabes."