Se usa para hablar de lo último que queda en la olla, la taza o el plato, ese traguito o mordisco final que está cargado de sabor. En Áncash suele ser lo más rico porque concentra todo lo que se ha ido pegando y mezclando. Es como el premio del paciente que espera hasta el final, y la verdad es que provoca pelearse por él.
"Ya pe, no llores por el segundo plato, mejor quédate con el fondo de olla del caldo, que está espesito, bien sabroso y con todos los tropezones"